lunes, 30 de abril de 2012


“La primera hora en la vida”


El pasado viernes 23 de marzo organizamos una productiva jornada sobre Lactancia Materna llevada a cabo por un grupo de médicos ganados a la causa de mejorar las condiciones de nacimiento y desarrollo para nuestros niños. Junto con nuestro componente docente del Programa Madre Feliz y el equipo de salud formado en el Taller para Enfermeras en Obstetricia: Mención Parto Humanizado, nos dimos cita en la Residencia Oficial de Gobernadores; como parte de los esfuerzos que venimos impulsando para el fortalecimiento y sobretodo la capacitación del recurso humano que día a día atiende a nuestras madres en todos los ambulatorios del estado y próximamente en la pionera Casa de Parto Natural en Palo Gordo.

         Uno de los temas tratados fue la denominada “Hora Dorada”, esos primeros 60 minutos de vida de todo ser humano cuando, una vez cruzado el canal de nacimiento hacia el mundo exterior, deja atrás la calidez y penumbra del amoroso refugio que lo acogió durante 9 meses. Es algo extraordinario y tan trascendental que marcará determinante la psique de la persona y por ende, el tipo de ciudadano que definirá a futuro un país.

El parto es un proceso natural y fisiológico, eso es un hecho indiscutible. Sin embargo, en los últimos tiempos se ha convertido en algo casi exclusivamente hospitalario, con elevada incidencia de intervenciones médicas y creciente tecnificación. La evidencia demuestra que en la mayoría de los casos el alumbramiento medicalizado ha llevado a la despersonalización de la atención a la mujer, a su bebé y a su familia: el uso indiscriminado de luces intensas, los ruidos y voces estridentes, la prisa, la separación temprana del recién nacido de su madre, entre otras prácticas se ha vuelto rutinaria costumbre, sin ningún cuestionamiento.

En la primera hora siguiente al parto se encuentra el llamado período sensible, que los especialistas describen como un estado de «alerta tranquila», receptiva y activa, que una vez finalizada se convertirá en sueño profundo durante horas. De allí la vital importancia que tiene la hora inicial de la vida del bebé, para una adaptación lo más armónica posible a la vida extrauterina. El contacto precoz, ininterrumpido y prolongado del recién nacido piel-piel con su madre, inmediatamente después del parto promueve esa adaptación: el metabolismo y la termorregulación del bebé mejoran, se favorece el inicio del amamantamiento, se beneficia la colonización del vulnerable cuerpo por los microorganismos de la madre, garantizando así su inmunización y se estrechan los lazos entre madre e hijo, iniciándose el proceso de vinculación afectiva y conducta maternal.



El respeto absoluto por este momento tan íntimo desencadena una serie de eventos únicos para los protagonistas del alumbramiento. De hecho, en el taller sobre lactancia materna, los médicos explicaron que un recién nacido es capaz de encontrar el pecho de su madre con mayor facilidad si se le deja impregnado en sus manitas el líquido amniótico; cuando consigue el seno materno y los labios establecen contacto con el pezón se estimulan una cascada de hormonas del amor que los bendicen a ambos. Estas hormonas favorecen la expulsión de la placenta, ayudan a contraer y recuperar el útero, reducen el sangrado postparto y facilitan la subida inicial del calostro. Este último representa el primer alimento del neonato y a su vez una valiosa vacuna, el cual contiene todos los nutrientes y anticuerpos necesarios para resguardar los primeros momentos de la vida del bebé.

La Organización Mundial de la Salud proclamó el 7 de junio como el Día Mundial de los Derechos del Nacimiento, sentando posturas determinantes con este tema: que a ningún bebé se le debería privar de la creación del vínculo extrauterino con su madre y que el apoyo a la lactancia materna tendría que ser firme, constante, cálido, basado en la información adecuada. Esta proclama, entre otras más, evidencia un consenso mundial de valoración a los derechos intrínsecos de la madre y el hijo.

Por ello, y en plena concordancia con los voceros que promulgan directrices para mejorar el presente y optimizar el futuro; consideramos que si la madre ha desarrollado un embarazo perfectamente normal y saludable, tiene un parto no interferido por instrumentación quirúrgica, anestesia y antibióticos, si el alumbramiento de su hijo siguió el curso fisiológico completo respetándoles a ambos la primera hora de ese encuentro sensible, permitiendo dar rienda suelta al amor que nutre sus cuerpos, mentes y espíritus estamos en presencia de una bienvenida humanizada al mundo. Un ser humano que comienza bien el camino de la vida abonará la senda para sembrar una sociedad que construya la  paz. pazcomopropuesta@gmail.com


Genny Morales de Pérez
Primera Dama del estado Táchira / Pdte. Fundación de la Familia Tachirense

No hay comentarios:

Publicar un comentario