Familia tachirense modelo de valores
El pasado 14 de marzo celebramos Día de la Tachiraneidad, y con motivo de este acto, el Presbítero Dr. Edgar Gregorio Sánchez individuo de número de la Academia de la Historia del Táchira, hizo referencia en su discurso a la importancia de celebrar los principios y valores de la idiosincrasia tachirense, tomando como referencia las hermosas estrofas del Himno de nuestro estado.
En este canto de identidad cultural se enarbolan cuatro valores
fundamentales que reflejan el sentir tachirense por excelencia: la familia, la
paz, el trabajo y la igualdad. En esta columna de hoy, y con inspiración en las
palabras del Padre Sánchez, compartiré
con ustedes mi intervención en las II Jornadas de la Paz que organiza anualmente
la UCAT. Precisamente, mi tema fue el modelo de familia tachirense, el cual nos
distingue con un sello particular en el resto de la geografía del país, e incluso más allá de las fronteras
nacionales.
Una característica primordial es la estabilidad, quizás porque el núcleo
en torno al cual ha girado la familia es el trabajo del campo y esa
laboriosidad que exige el trabajo de la tierra logra que se consolide el
ambiente familiar. De igual forma, somos solidarios con un concepto de entrega
y cercanía entre padres e hijos,
extendido a los demás miembros del grupo. El andino es afable y tiene un sentido
gregario, pues ayuda a otros para lograr
sus objetivos y es leal cuando se alinea con una idea por convicción. Por ello,
sin duda, el arraigo de los valores que se han posicionado nos define,
otorgándonos ese perfil propio que ha permitido construir el tejido social,
principal activo de un país.
En un porcentaje bastante elevado, las familias son practicantes de los principios católico-cristianos, derivando
en sentimientos de bondad, caridad y gratitud que genera el trato respetuoso,
por el cual somos ampliamente conocidos. Con justa razón se refieren a nuestro
estado como la tierra de la cordialidad, concepto que incluso se toma como
imagen para la promoción turística y como carta de presentación en otras
latitudes, a mucha honra vale decir.
Otra característica resaltante es la autenticidad. Nuestra familia es
sencilla y lo demuestra en su comportamiento y en su vida cotidiana. Por la
humildad cristiana y del entendimiento de las limitaciones, no existe en
nosotros la presunción de orgullo. Y estos principios siempre están presentes
en la disciplina del esfuerzo, en la entrega al trabajo cotidiano y en la voluntad para lograr estabilidad y
seguridad en el hogar.
Todos estos valores permiten a la familia construir una cultura de la paz.
Reflexionando sobre quienes somos y entendiendo nuestras realidades históricas
podemos profundizar sobre el rol que la familia cumple como transformadora de
la sociedad.
Los invito entonces, a reconocer con orgullo nuestra identidad, a
través del Himno del Estado Táchira y a
utilizarlo como un recurso para la
enseñanza de los valores de la tachiraneidad. Tenemos la responsabilidad, desde
el hogar y las aulas, de enaltecer los principios fundamentales de convivencia
ciudadana para la paz. Contribuyendo todos decididamente a la construcción de
una mejor sociedad estaremos consustanciados con la esencia que distingue a
la familia tachirense.
Genny Morales de Pérez
Primera Dama del estado Táchira / Pdte. Fundación de la Familia Tachirense
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