“La primera hora en la vida”
El pasado viernes 23
de marzo organizamos una productiva jornada sobre Lactancia Materna llevada a
cabo por un grupo de médicos ganados a la causa de mejorar las condiciones de
nacimiento y desarrollo para nuestros niños. Junto con nuestro componente
docente del Programa Madre Feliz y el equipo de salud formado en el Taller para
Enfermeras en Obstetricia: Mención Parto Humanizado,
nos dimos cita en la Residencia Oficial de Gobernadores; como parte de los
esfuerzos que venimos impulsando para el fortalecimiento y sobretodo la
capacitación del recurso humano que día a día atiende a nuestras madres en
todos los ambulatorios del estado y próximamente en la pionera Casa de Parto
Natural en Palo Gordo.
Uno de los
temas tratados fue la denominada “Hora Dorada”, esos primeros 60 minutos de
vida de todo ser humano cuando, una vez cruzado el canal de nacimiento hacia el
mundo exterior, deja atrás la calidez y penumbra del amoroso refugio que lo acogió
durante 9 meses. Es algo extraordinario y tan trascendental que marcará
determinante la psique de la persona y por ende, el tipo de ciudadano que
definirá a futuro un país.
El parto es un proceso natural y fisiológico, eso
es un hecho indiscutible. Sin embargo, en los últimos tiempos se ha convertido
en algo casi exclusivamente hospitalario, con elevada incidencia de
intervenciones médicas y creciente tecnificación. La evidencia demuestra que en
la mayoría de los casos el alumbramiento medicalizado ha llevado a la
despersonalización de la atención a la mujer, a su bebé y a su familia: el uso
indiscriminado de luces intensas, los ruidos y voces estridentes, la prisa, la
separación temprana del recién nacido de su madre, entre otras prácticas se ha
vuelto rutinaria costumbre, sin ningún cuestionamiento.
En la primera hora siguiente al parto se encuentra
el llamado período sensible, que los especialistas describen como un estado de
«alerta tranquila», receptiva y activa, que una vez finalizada se convertirá en
sueño profundo durante horas. De allí la vital importancia que tiene la hora
inicial de la vida del bebé, para una adaptación lo más armónica posible a la
vida extrauterina. El contacto precoz, ininterrumpido y prolongado del recién
nacido piel-piel con su madre, inmediatamente después del parto promueve esa
adaptación: el metabolismo y la termorregulación del bebé mejoran, se favorece
el inicio del amamantamiento, se beneficia la colonización del vulnerable
cuerpo por los microorganismos de la madre, garantizando así su inmunización y
se estrechan los lazos entre madre e hijo, iniciándose el proceso de vinculación
afectiva y conducta maternal.
El respeto absoluto por este momento tan íntimo
desencadena una serie de eventos únicos para los protagonistas del
alumbramiento. De hecho, en el taller sobre lactancia materna, los médicos
explicaron que un recién nacido es capaz de encontrar el pecho de su madre con
mayor facilidad si se le deja impregnado en sus manitas el líquido amniótico; cuando
consigue el seno materno y los labios establecen contacto con el pezón se
estimulan una cascada de hormonas del amor que los bendicen a ambos. Estas
hormonas favorecen la expulsión de la placenta, ayudan a contraer y recuperar
el útero, reducen el sangrado postparto y facilitan la subida inicial del
calostro. Este último representa el primer alimento del neonato y a su vez una
valiosa vacuna, el cual contiene todos los nutrientes y anticuerpos necesarios
para resguardar los primeros momentos de la vida del bebé.
La Organización Mundial de la Salud proclamó el 7
de junio como el Día Mundial de los Derechos del Nacimiento, sentando posturas
determinantes con este tema: que a ningún bebé se le debería privar de la
creación del vínculo extrauterino con su madre y que el apoyo a la lactancia
materna tendría que ser firme, constante, cálido, basado en la información
adecuada. Esta proclama, entre otras más, evidencia un consenso mundial de valoración
a los derechos intrínsecos de la madre y el hijo.
Por ello, y en plena concordancia con los voceros que promulgan directrices para
mejorar el presente y optimizar el futuro; consideramos que si la madre ha desarrollado un embarazo perfectamente normal
y saludable, tiene un parto no interferido por instrumentación quirúrgica,
anestesia y antibióticos, si el alumbramiento de su hijo siguió el curso
fisiológico completo respetándoles a ambos la primera hora de ese encuentro
sensible, permitiendo dar rienda suelta al amor que nutre sus cuerpos, mentes y
espíritus estamos en presencia de una bienvenida humanizada al mundo. Un ser
humano que comienza bien el camino de la vida abonará la senda para sembrar una
sociedad que construya la paz. pazcomopropuesta@gmail.com
Genny Morales de Pérez
Primera Dama del estado Táchira /
Pdte. Fundación de la Familia Tachirense