La sociedad que construiremos
el día de mañana pasa por el hecho educativo, cuyo resultado dependerá de cómo
educadores y maestros toquen el corazón de los niños. Haber participado de la
Conferencia “Educar en Valores es Enseñar a Amar” dictada por Dr. Antonio Pérez
Esclarín el pasado 29 de febrero, en el Teatro de la Casa Sindical, ofreció a
todos los que asistimos una oportunidad
para reafirmar la importancia de la formación de valores en la educación; así
como nos dio excelentes herramientas para optimizar la praxis pedagógica. Dicho
en las propias palabras de ese gran docente: “Los educadores son arquitectos de
personas, no trabajan con cabillas ni cemento, sino que construyen el corazón
de la patria.”
Los educadores tienen un
rol activo permanente, pues llevan la voz cantante en el aula, en la familia y
en la comunidad; por ello considero importantísimo la formación que los
maestros puedan recibir, para asumir con plenitud y responsabilidad éste
compromiso. El maestro representa - junto con la familia - la
referencia próxima con la que cuenta el niño para dar sentido a un esquema de
valores que enmarque su vida y es ejemplo constante a través de sus acciones
diarias; no sólo en el aula, sino con las relaciones entre con cada uno de los
actores que conviven a diario dentro del ámbito escolar.
Estar consustanciado con la realidad particular de sus alumnos es
fundamental para que el docente pueda hacerles emerger sus potencialidades
individuales, adecuando la enseñanza de manera tal que - al expandir los horizontes
del conocimiento útil- el alumno pueda afrontar los retos que la sociedad le
impone. Una sociedad que no estimule la adquisición y producción de
conocimiento no es una sociedad que pueda progresar, de allí que progreso y
educación van ligados íntimamente para la superación. Pero no basta el
cocimiento por sí mismo sino está centrado en el ser humano y en su entorno
social.
Reflexionando sobre las palabras del profesor, intelectual y escritor norteamericano Howard G. Hendrikcs: "La enseñanza que deja huella no es la que se hace de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón" - y ganados a esta máxima, propongámonos formar niños para la paz, lo cual se logra en la medida que exista un código de convivencia ciudadana sustentado en los valores del humanismo.
Hagamos que cada día de nosotros cuente en la edificación de
esa sociedad, convencidos de la fuerza transformadora de la educación, porque
no hay otra fuente que permita que cada ser humano saque lo mejor que tiene
dentro de sí. pazcomopropuesta@gmail.com
Genny Morales de Pérez
Primera Dama del estado Táchira / Pdte. Fundación de la Familia Tachirense
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