miércoles, 2 de mayo de 2012


Educando para la paz en la primera infancia 


Su santidad Juan Pablo II durante la XII Jornada Mundial de la Paz de 1979 expresó un aleccionador postulado que plantea la fórmula para la formación y desarrollo integral de un ser humano virtuoso, capaz de vivir y convivir en sociedad: “Para lograr la paz, educar en la paz”. Exhorta tanto a padres y maestros, como a los gobernantes a ejecutar la paz a través de las acciones diarias, pues será la obra resultante de la responsabilidad compartida que tenemos todos en dicha misión.

            Es tan prioritario el abordaje permanente y sistemático de este tema que se ha convertido en uno de los objetivos primordiales que la UNESCO desarrolla como definición de la escuela del futuro. Por tanto, la educación debe apoyarse en cuatro pilares básicos: aprender a conocer, para aprovechar las posibilidades que ofrecen los conocimientos a lo largo de la vida; aprender a hacer, para adquirir competencias que capaciten al individuo dentro del marco de experiencias de socialización; aprender a vivir con los demás, para desarrollar el respeto a los valores del pluralismo, la comprensión mutua y la paz; y aprender a ser, para que florezca mejor la propia personalidad y se esté en condiciones de obrar con creciente capacidad de autonomía, de juicio y de responsabilidad personal.

Educar para la paz es desarrollar todos aquellos valores fundamentales  que son necesarios para la estructuración armónica de la personalidad, desde la más temprana edad. Para ello se requieren entornos de aprendizaje de calidad, adaptados a las necesidades del niño y basados en el respeto a sus derechos; donde la comunión entre el hogar y la escuela sea de estrecha comunicación y permanente participación. Especialistas en la materia afirman que hoy la retroalimentación entre padres, hijos y maestros en los procesos de aprendizaje representa la dinámica ideal para la conformación del ciudadano humanista del mañana.


Comprometidos con la misión permanente de beneficiar sobretodo a aquellos a quienes las posibilidades de acceso a una mejor calidad de vida se dificultan debido a la precariedad del ingreso familiar, hemos desarrollado el programa Casa Hogar Juan Pablo II. En este centro de educación inicial promovemos una mejor convivencia; a través de espacios acondicionados para la estimulación adecuada, con un equipo de docentes, madres cuidadoras y personal de apoyo de alto perfil profesional, ofrecemos: educación pedagógica y en valores, cuidado psicoafectivo, alimentación diaria nutritiva y balanceada, atención médico pediátrica permanente; así como el Taller de Armonía Familiar a cargo del Prof. Felipe Guerrero, académico y orientador de extensa trayectoria,  el cual está dirigido a los padres, representantes y adultos significativos, a fin de hacer del hogar un referente afectivo para nuestros hijos.


  
Apegándonos al Currículo Básico de Educación Inicial y teniendo la filosofía del Santo Padre como inspiración evocadora, nos enfocamos en la familia como una escuela de las virtudes que prepara a los seres humanos para la convivencia social. La comunidad de amor y unión que los hijos tengan de modelo en el hogar determinará su comportamiento y las relaciones con su entorno.

Las realidades sociales de hoy evidencian que tenemos la importante misión de brindar soporte el núcleo familiar. Casa Hogar Juan Pablo II tiene más de un 70% de niños cuyas madres son el único sostén del hogar y muchas de ellas pertenecen al sector de la economía informal o con ingresos mínimos; como no cuentan con los recursos para costear una guardería, optaban por llevarse a sus hijos al sitio laboral; siendo en algunos casos la propia calle. Investigadores señalan que en los primeros años se desarrollan procesos cognitivos y lingüísticos que favorecen el razonamiento y la comprensión; si el entorno no es favorable a la estimulación positiva de estos niños ¿qué calidad de oportunidades tienen para comenzar el camino de la vida como seres humanos integrales y felices?

            Son acciones concretas como éstas las que pueden delinear una sociedad donde se privilegie a nuestros niños como esperanza de vida. El ser humano es materia prima que no se transforma por sí misma, sino que requiere la interacción de la educación para que aflore lo mejor de cada uno. De cómo convivan los niños será el adulto del mañana comprometido con la edificación de una sociedad de paz.                                pazcomopropuesta@gmail.com



Genny Morales de Pérez
Primera Dama del estado Táchira / Pdte. Fundación de la Familia Tachirense


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