martes, 5 de junio de 2012


 No solo es posible vivir en familia, sino que es necesario 


Este sábado 02 de junio asistí como invitada a una conferencia sobre horizontes psicológicos de cambio familiar en el Auditorio Principal de la UNET.  Hoy quiero compartir con ustedes parte de esta ponencia, pues considero indispensable generar un positivo debate de opinión pública sobre el tema de la mesa redonda que allí fue desarrollado: Vivir en Familia ¿es posible hoy en la actualidad?

El concepto de familia puede abordarse desde distintos discursos: jurídico, educativo, sociológico, biológico, antropológico, religioso, psicológico, entre otros. Cada uno tendrá un concepto acerca de cómo se conforma, o cuál es el modelo de relaciones, de intercambio entre los distintos lugares y ubicaciones de los sujetos inherentes a la misma.  



Las Naciones Unidas, como máximo rector del consenso internacional, considera a la familia como un agente importante del desarrollo sostenible en todos los niveles de la sociedad. Profundizando un poco más, la familia canaliza algo tan importante para el ser humano como los afectos y los sentimientos. Dice el Prof. Manuel Barroso – sociólogo e investigador - que la familia es el punto de partida para el crecimiento en todas las dimensiones. Cuando las personas forman parte de ese sistema humano, desarrollan conciencia de sí y sentido de pertenencia. Incluso señala que podemos asemejar  lo que allí ocurre con un laboratorio, donde se experimenta y consolida al ser: “Una persona no puede vivir ni crecer sino dentro de sus contextos de desarrollo que son los laboratorios naturales de aprendizaje”.


Sentemos posición con una respuesta a la interrogante inicial y partamos desde ya con un sí. Pero, para tener una respuesta de esta naturaleza, se debe contar con una intención que sostenga tal afirmación.  A pesar de los cambios estructurales, la familia es la institución a la cual los latinoamericanos asignan mayor importancia en su vida cotidiana. En estudio realizado por la CEPAL 2004, el 91 % de los latinoamericanos dijo que es lo “más importante”.




Asegura Aristóteles en la Política, que el Estado (la ciudad) es una forma de organización social que es antecedida, en cronología, pero no en importancia por la familia; considerándola como parte fundamental del mismo. Los vicios y las virtudes de la ciudad o de la sociedad son un reflejo de lo que ocurre en la familia. Si, como tantas veces se repite, la familia es la célula de la sociedad, entonces un buen lugar para empezar a buscar el origen de los males o bienes de una sociedad es ella misma.

         Se ha convertido ya en un lugar común hablar de crisis de la familia en la sociedad actual. Sin duda, se trata de fenómenos globales cuyas tendencias apuntan a la  liberalización de los vínculos, un aumento del individualismo, una fragilidad de los ideales, una mayor tolerancia a la satisfacción de cada uno; haciendo más difícil la existencia estable de los vínculos familiares en las formas marcadas por cierta tradición. Las ideologías adversas a la democracia, por ejemplo, atentan contra la familia y sus valores a fin de debilitarla, ya que allí se aprenden deberes colectivos y derechos individuales, que forman un ciudadano integral y crítico, no esclavos.


Hoy se reconoce que la institución familiar está sujeta a múltiples transformaciones; y en el tránsito de la sociedad tradicional a la sociedad moderna, la familia ha pasado de ser la institución primordial a ser una más entre otras, consecuencia de importantes acontecimientos históricos. La familia, que en otros tiempos ejercía una enorme cantidad de funciones, se ha transformado actualmente en una institución especializada con unas pocas funciones propias, que a menudo se identifican con ser sede de afectos y agente socializador de las personas.

Nos preguntamos entonces si ésta transformación implica para la familia: ¿Un empobrecimiento o pérdida de sus funciones? ¿Su desaparición o una deconstrucción de la misma? Estas interrogantes debemos irlas discutiendo, y esa es nuestra intención, por lo cual estaremos hablando al respecto en una próxima entrega; pues estamos consientes del poder transformador de la familia para edificar una sociedad de paz.



Genny Morales de Pérez
Primera Dama del estado Táchira / Pdte. Fundación de la Familia Tachirense

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