viernes, 20 de julio de 2012


Valores y Talento Humano (II) 

La semana pasada nos quedamos con una interrogante sobre el talento: si es posible desarrollarlo o son cualidades innatas en las personas. El talento se construye a partir de un paulatino proceso de formación de competencias, teniendo en cuenta que no solo se requiere del “saber”, sino también del “saber hacer” (habilidades); por ende el concepto de formación y educación debe incluir – a su vez – el “saber ser” (valores). Este saber implica realizar una combinación entre los conocimientos, las experiencias y las reflexiones éticas sobre las propias prácticas.

El concepto de competencias se corresponde con la integración dinámica de diferentes tipos de prácticas, habilidades y conocimientos en los que el saber ejerce o posibilita una acción transformadora del mundo y de la vida. Las capacidades de una persona se hacen visibles a través de su comportamiento.

Entonces, la construcción de competencias y el desarrollo de talentos surgen como metodología de respuesta educativa ante el impacto social de los nuevos órdenes mundiales.  Esta es una perspectiva humanista y desarrolladora de la educación que da pauta para materializar la visión del proceso educativo, tomando como eje vertebrador al ser humano desde los llamados “Pilares de la Educación”: saber, saber hacer, saber ser, a los que hicimos referencia anteriormente.

Señala el “Informe sobre la Educación del Siglo XXI”  de la Unesco que la educación debe contribuir al desarrollo global de cada persona: cuerpo y mente, inteligencia, sensibilidad, sentido estético, responsabilidad individual, espiritualidad. Todos los seres humanos deben estar en condiciones de dotarse de un pensamiento autónomo y crítico, para elaborar un juicio propio que les permita determinar por sí mismos qué deben hacer en las diferentes circunstancias de la vida. Desde la educación inicial es necesario enseñar puntos de referencia intelectuales permanentes que le permitan comprender el mundo que le rodea y comportarse como un elemento responsable y justo.

Más que nunca, la función esencial de la educación es conferir a todos los seres humanos la libertad de pensamiento, de juicio, de sentimientos e imaginación que necesitan para que sus talentos alcancen la plenitud y puedan ser artífices de su destino. Afirma la UNESCO que el siglo XXI necesitará una generación de competencias diversas y por ello, habrá que ofrecer a niños y jóvenes todas las oportunidades posibles de descubrimiento y experimentación para asumir el reto  de participar de los procesos de lograr la calidad en su proyecto de vida y en su participación en la sociedad.

Partiendo de estas propuestas, estamos hablando entonces de una acción pedagógica que pueda obrar de acuerdo con los retos a enfrentar por los educandos durante el trayecto de su vida; por tanto la educación debe promover valores y generar compromiso para una asertiva toma de decisiones propias y con los demás. Siendo así, el educador tiene la tarea de formar no solo con conocimientos, sino con modos de vida, siendo referente moral en su entorno de enseñanza.

El preámbulo de la constitución de la UNESCO expresa que es en las mentes de los seres humanos donde tenemos que crear los baluartes de la paz, por tanto, siendo responsables de educar a quienes gestarán los cambios hacia un mejor futuro, nos preguntamos: ¿Es posible un aula que promueva la formación de un ciudadano íntegro?


Genny Morales de Pérez 
Primera Dama del estado Táchira 
Pdte. Fundación de la Familia Tachirense
                                                                                                                  pazcomopropuesta@gmail.com 
                                                                                                            lapazcomopropuesta.blogspot.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario