Valores y Talento Humano (I)
El pasado sábado 07
de julio se celebró en el Colegio Acacio Chacón de Cordero el “I Congreso de
Talento Humano”, organizado por estudiantes de la carrera de pedagogía del
Instituto Universitario de Educación Especializada y en el cual tuve la
oportunidad de participar como ponente. Son escenarios como éstos los que
respaldan la importancia de la educación para el crecimiento y transformación
de un país; es por ello que comparto hoy la primera parte de lo que fue ésta
exposición, pues el tema educativo debe abordarse desde distintas perspectivas para
nutrir el proceso que lo envuelve.
El concepto de
talento humano empezó a introducirse hacia finales de los años 90 y en sus inicios fue vinculado a los procesos de
gestión y producción empresarial, dentro del marco de los nuevos escenarios: La
globalización, el permanente cambio del contexto y la valoración del
conocimiento. Desde estos ámbitos organizacionales, el talento es una capacidad
integral gracias al cual la sumatoria de competencias y habilidades potenciadas
desde el "ser" son aprovechadas para la innovación. Viene a ser la
integración e interacción en la persona de: habilidades, conocimientos,
experiencias, actitud, valores y competencias necesarias para desarrollarse en diferentes contextos. Tenerlo
claro permite identificar de qué manera y en qué áreas cada ser humano tiene
potencial, pudiendo aprovechar dicho talento en beneficio propio, de la
organización y de la sociedad.
Ahora bien, este
abordaje ha ido ampliando su radio de acción a la luz de los paradigmas
para denominar el nuevo orden mundial del Siglo XXI: "Sociedad de la Información",
"Sociedad Globalizada", "Sociedad del Conocimiento",
“Sociedad del Saber”. Sin embargo, a pesar de las diferentes denominaciones los
autores coinciden en que el recurso
productivo estratégico es el conocimiento y la clave es saber cómo utilizarlo.
Abdul Waheed Khan, Subdirector
General de la UNESCO para la Comunicación y la Información, afirma que el conocimiento
en cuestión no sólo es importante para el crecimiento económico, sino también
para empoderar y desarrollar todos los sectores de la sociedad. Leif Edvinsson, asesor de la
ONU y experto mundial en Capital Intelectual (IC), Conocimiento e Innovación señala que los
sistemas educativos de los países explican las posiciones relativas de éstos en
relación con su PIB. Para crear valor las naciones necesitan estar bien
conectadas con una infraestructura diseñada para fomentar el acceso al
conocimiento.
Si aludimos al mundo
que nos toca vivir, nos daremos cuenta que tanto los ámbitos de formación
profesional como el mercado laboral presionan a la institución escolar y
ejercen una gran influencia en el ámbito cultural, con respecto a la
importancia de formar individuos que se caractericen por ser competentes. En el
mundo actual, tan complejo como dinámico, enseñar a ser competentes y
talentosos requiere que los docentes tomen conciencia de que la transmisión
enciclopédica de saberes es poco significativa para los estudiantes. La escuela
tiene que lograr que su “capital humano” desarrolle sus potencialidades
físicas, emocionales e intelectuales, para que este pueda insertarse de manera
positiva en los distintos sectores de la vida social.
Un ser humano íntegro,
más allá del saber, es posible cuando se asume que el compromiso de formar ciudadanos
de paz depende del tipo de educación significativa que podemos generar. Cabe
entonces la pregunta: ¿el talento nace o se hace?
Genny Morales de Pérez
Primera Dama del estado Táchira
Pdte. Fundación de la Familia Tachirense
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