La Paz es el camino
Fue en el
año 2001 cuando la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas
(ONU) declaró que el 21 de septiembre sería un día dedicado a fortalecer los
ideales de paz, tanto dentro de cada una de las naciones, como entre todas
ellas y sus pueblos. El tema de este 2012 es “Una paz sostenible por un futuro sostenible”,
que pone de relieve el hecho de que la construcción de un porvenir sustentable es
posible sólo con una paz permanente. Jefes de Estado y representantes de alto nivel se
reunieron en Río de Janeiro (Brasil) para renovar su compromiso con la sociedad
civil, reconociendo que las personas constituyen el centro del desarrollo
socioeconómico y que en el esfuerzo mancomunado por lograr un mundo equitativo
e inclusivo se pueden generar mayores oportunidades y mejorar los niveles
de vida.
Definir la paz, como algunos
teóricos la plantean, va más allá de la habilidad para seguir las reglas y
regulaciones, la capacidad para el entendimiento, la promoción de la tolerancia
y la práctica de la no violencia. La paz nos humaniza y nos abre las
posibilidades reales de pensamiento y acción, ya que su punto de partida son
las necesidades humanas individuales y colectivas. Juan Pablo II afirmaba que
el desarrollo es el nuevo nombre de la paz, por ello para que la misma se
instaure requiere de una construcción consciente; pues está basada en la generación
de valores positivos y perdurables, capaz de integrar política y socialmente,
de generar expectativas y de contemplar oportunidades de bienestar personal y
ciudadano.
Vivir la paz implica descubrir,
sentir, valorar y vivir con esperanza las capacidades personales como
realidades y como medios eficaces que podemos poner al servicio de los demás y
que pueden contribuir a un desarrollo positivo y armónico de la vida y del
humanismo. Construir la paz requiere crear unas relaciones basadas en la
cooperación, el apoyo mutuo, la colaboración y la creación de condiciones de
confianza común. Es por ello que, siendo promotores de cambios sociales,
tenemos la responsabilidad de gestionar acciones en función de la capacidad para
transformar la realidad y alcanzar la paz.
Comulgando con el lema de la ONU y
con lo expuesto por respetados académicos, el futuro se convierte en la única
propuesta posible de interacción con la realidad, por ello es necesario pensarlo
y trabajarlo acertadamente para convertirlo en perdurable, justo, pacífico. Que
sea un devenir solidario con las generaciones siguientes, que ofrezca de manera
permanente la posibilidad de imaginar y crear nuevas situaciones deseables de
acuerdo con nuestros valores de paz. En la Fundación de la Familia Tachirense,
fiel a los principios que rigen al Gobierno Democrático del Táchira, estamos
convencidos que la forma de alcanzar sociedades más justas y equitativas es que
sus organizaciones e instituciones trabajen en términos positivos y sobre esas
razones se cimientan las bases de cada uno de nuestros programas sociales. A
través de esta columna aspiramos proponer no solo visiones, reflexiones y
acciones de paz, sino la esperanza de un mundo mejor.
El Sumo
Pontífice Juan XII manifestaba que los problemas actuales que preocupan tan
profundamente a la humanidad, y que tan estrecha conexión guardan con el
progreso de la sociedad, vienen del
anhelo que mueve ardientemente a todos los hombres de buena voluntad;
esto es, la consolidación de la paz en el mundo. Porque la paz no puede darse
en la sociedad humana si primero no se da en el interior de cada hombre. Sin
duda, la paz es el camino.
Genny Morales de Pérez
Primera Dama del estado Táchira
Pdte. Fundación de la Familia Tachirense
FFTdigital: bit.ly/PfOrPj