jueves, 26 de julio de 2012



Día del Niño: Promoviendo alegría, promovemos paz

La ONU en Asamblea General exhortó que todos los países instituyeran el Día Universal del Niño, fecha que se dedicaría a la fraternidad y a la comprensión entre los niños del mundo entero, programando actividades propias para promover el bienestar de ellos. En el marco de esta efeméride, que celebramos en nuestro país el tercer domingo de julio de cada año, hemos aunado esfuerzos todo el Gobierno Democrático del Táchira y la Fundación de la Familia Tachirense visitando nuestras comunidades llevando una mega jornada de entrega de juguetes que comenzó el pasado sábado 14.

            En los espacios de consenso internacional para la promoción del bienestar social se ha dejado muy claro que el  niño tiene derecho a una calidad de vida integral, lo cual  implica también la recreación, el amor y una protección especial para que puedan crecer física, mental y socialmente sanos; sin embargo, esto es posible si el entorno primario de desarrollo cuenta con las posibilidades ciertas de brindarles oportunidades adecuadas.

Las acciones que llevamos a cabo como acompañamiento a la familia significan invertir positivamente en ellas. James Heckman, Premio Nobel de Economía, especialista e investigador en la materia ha comprobado que las familias condicionan mucho los resultados que los niños alcanzarán al llegar a la edad adulta, por tanto muchos problemas económicos y sociales de gran importancia guardan relación con los bajos niveles de competencias y aptitudes en la sociedad.

El contexto familiar de los niños es un factor que permite predecir sus futuras capacidades cognitivas y socioemotivas, por ende es medida del éxito que tendrán a futuro. La intervención temprana fomenta la escolaridad, promueve la productividad de la fuerza laboral y favorece el desarrollo de un país. La evidencia afirma que las medidas que  se apliquen en beneficio de familias en desventaja posibilita el desarrollo de ciudadano comprometido con su entorno.

Al mejorar las condiciones de vida de la familia estamos incidiendo inmediatamente en beneficio de los niños. La jornada de entrega de juguetes para nuestros pequeños significa apoyar la economía familiar, como una acción manifiesta para brindar no solo alegría a un niño, hablamos de toda una gestión de bienestar cuyas bases se asientan en las propuestas de políticas públicas eficaces que puedan impactar favorablemente en los hogares tachirenses; porque de todos y cada uno de sus miembros depende la calidad de la sociedad que vivamos más adelante.

La Nobel chilena Gabriel Mistral expresó: “El futuro de los niños es siempre hoy, porque mañana será tarde”. Tenemos un compromiso de continuar promoviendo acciones para transformar, de manera tangible y material, los espacios donde se gestan los ciudadanos del futuro. Un  niño feliz es un adulto de paz.


Genny Morales de Pérez 
Primera Dama del estado Táchira 
Pdte. Fundación de la Familia Tachirense
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viernes, 20 de julio de 2012


Valores y Talento Humano (II) 

La semana pasada nos quedamos con una interrogante sobre el talento: si es posible desarrollarlo o son cualidades innatas en las personas. El talento se construye a partir de un paulatino proceso de formación de competencias, teniendo en cuenta que no solo se requiere del “saber”, sino también del “saber hacer” (habilidades); por ende el concepto de formación y educación debe incluir – a su vez – el “saber ser” (valores). Este saber implica realizar una combinación entre los conocimientos, las experiencias y las reflexiones éticas sobre las propias prácticas.

El concepto de competencias se corresponde con la integración dinámica de diferentes tipos de prácticas, habilidades y conocimientos en los que el saber ejerce o posibilita una acción transformadora del mundo y de la vida. Las capacidades de una persona se hacen visibles a través de su comportamiento.

Entonces, la construcción de competencias y el desarrollo de talentos surgen como metodología de respuesta educativa ante el impacto social de los nuevos órdenes mundiales.  Esta es una perspectiva humanista y desarrolladora de la educación que da pauta para materializar la visión del proceso educativo, tomando como eje vertebrador al ser humano desde los llamados “Pilares de la Educación”: saber, saber hacer, saber ser, a los que hicimos referencia anteriormente.

Señala el “Informe sobre la Educación del Siglo XXI”  de la Unesco que la educación debe contribuir al desarrollo global de cada persona: cuerpo y mente, inteligencia, sensibilidad, sentido estético, responsabilidad individual, espiritualidad. Todos los seres humanos deben estar en condiciones de dotarse de un pensamiento autónomo y crítico, para elaborar un juicio propio que les permita determinar por sí mismos qué deben hacer en las diferentes circunstancias de la vida. Desde la educación inicial es necesario enseñar puntos de referencia intelectuales permanentes que le permitan comprender el mundo que le rodea y comportarse como un elemento responsable y justo.

Más que nunca, la función esencial de la educación es conferir a todos los seres humanos la libertad de pensamiento, de juicio, de sentimientos e imaginación que necesitan para que sus talentos alcancen la plenitud y puedan ser artífices de su destino. Afirma la UNESCO que el siglo XXI necesitará una generación de competencias diversas y por ello, habrá que ofrecer a niños y jóvenes todas las oportunidades posibles de descubrimiento y experimentación para asumir el reto  de participar de los procesos de lograr la calidad en su proyecto de vida y en su participación en la sociedad.

Partiendo de estas propuestas, estamos hablando entonces de una acción pedagógica que pueda obrar de acuerdo con los retos a enfrentar por los educandos durante el trayecto de su vida; por tanto la educación debe promover valores y generar compromiso para una asertiva toma de decisiones propias y con los demás. Siendo así, el educador tiene la tarea de formar no solo con conocimientos, sino con modos de vida, siendo referente moral en su entorno de enseñanza.

El preámbulo de la constitución de la UNESCO expresa que es en las mentes de los seres humanos donde tenemos que crear los baluartes de la paz, por tanto, siendo responsables de educar a quienes gestarán los cambios hacia un mejor futuro, nos preguntamos: ¿Es posible un aula que promueva la formación de un ciudadano íntegro?


Genny Morales de Pérez 
Primera Dama del estado Táchira 
Pdte. Fundación de la Familia Tachirense
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jueves, 12 de julio de 2012


Valores y Talento Humano (I) 


El pasado sábado 07 de julio se celebró en el Colegio Acacio Chacón de Cordero el “I Congreso de Talento Humano”, organizado por estudiantes de la carrera de pedagogía del Instituto Universitario de Educación Especializada y en el cual tuve la oportunidad de participar como ponente. Son escenarios como éstos los que respaldan la importancia de la educación para el crecimiento y transformación de un país; es por ello que comparto hoy la primera parte de lo que fue ésta exposición, pues el tema educativo debe abordarse desde distintas perspectivas para nutrir el proceso que lo envuelve.

El concepto de talento humano empezó a introducirse hacia finales de los años 90 y en  sus inicios fue vinculado a los procesos de gestión y producción empresarial, dentro del marco de los nuevos escenarios: La globalización, el permanente cambio del contexto y la valoración del conocimiento. Desde estos ámbitos organizacionales, el talento es una capacidad integral gracias al cual la sumatoria de competencias y habilidades potenciadas desde el "ser" son aprovechadas para la innovación. Viene a ser la integración e interacción en la persona de: habilidades, conocimientos, experiencias, actitud, valores y competencias necesarias para  desarrollarse en diferentes contextos. Tenerlo claro permite identificar de qué manera y en qué áreas cada ser humano tiene potencial, pudiendo aprovechar dicho talento en beneficio propio, de la organización y de la sociedad.

Ahora bien, este abordaje ha ido ampliando su radio de acción a la luz de los paradigmas para  denominar el  nuevo orden mundial del Siglo  XXI: "Sociedad de la Información", "Sociedad Globalizada", "Sociedad del Conocimiento", “Sociedad del Saber”. Sin embargo, a pesar de las diferentes denominaciones los autores coinciden en que el  recurso productivo estratégico es el conocimiento y la clave es saber cómo utilizarlo.

Abdul Waheed Khan, Subdirector General de la UNESCO para la Comunicación y la Información, afirma que el conocimiento en cuestión no sólo es importante para el crecimiento económico, sino también para empoderar y desarrollar todos los sectores de la sociedad. Leif Edvinsson, asesor de la ONU y experto mundial en Capital Intelectual (IC), Conocimiento e Innovación señala que los sistemas educativos de los países explican las posiciones relativas de éstos en relación con su PIB. Para crear valor las naciones necesitan estar bien conectadas con una infraestructura diseñada para fomentar el acceso al conocimiento.

Si aludimos al mundo que nos toca vivir, nos daremos cuenta que tanto los ámbitos de formación profesional como el mercado laboral presionan a la institución escolar y ejercen una gran influencia en el ámbito cultural, con respecto a la importancia de formar individuos que se caractericen por ser competentes. En el mundo actual, tan complejo como dinámico, enseñar a ser competentes y talentosos requiere que los docentes tomen conciencia de que la transmisión enciclopédica de saberes es poco significativa para los estudiantes. La escuela tiene que lograr que su “capital humano” desarrolle sus potencialidades físicas, emocionales e intelectuales, para que este pueda insertarse de manera positiva en los distintos sectores de la vida social.

Un ser humano íntegro, más allá del saber, es posible cuando se asume que el compromiso de formar ciudadanos de paz depende del tipo de educación significativa que podemos generar. Cabe entonces la pregunta: ¿el talento nace o se hace?


Genny Morales de Pérez 
Primera Dama del estado Táchira 
Pdte. Fundación de la Familia Tachirense
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miércoles, 4 de julio de 2012


¡Qué Nota es mi Escuela!

Música y Valores para la Paz


 Hoy nuestra ciudad de San Cristóbal se llena de las melodías de “La Flauta de Venezuela”, como ya es conocido en todo el mundo. Huáscar Barradas, uno de los músicos más importantes de nuestros país, con una prestigiosa proyección internacional y padrino de nuestro Programa ¡Qué Nota es mi Escuela! ofrece un gran concierto junto al talento musical de los niños y niñas de las escuelas del estado. Contar con el respaldo de una personalidad del calibre de este artista nos brinda una valiosa ocasión para reforzar positivamente la acción pedagógica que aplicamos a través de este programa educativo, pues representa un modelo con el que los niños pueden reflejar un ejemplo de su futuro.

Los seres humanos requieren desde temprana edad estar inmersos en un proceso de socialización familiar y escolar en el que se eleven los valores intrínsecos para ir sentando las bases de su éxito como adultos. De ahí que se precise, en el marco de una educación de calidad, procurar la formación artística para un adecuado desarrollo de su personalidad.





Señala la investigadora Lina D’Ambrosio que las enseñanzas artísticas inciden en la capacidad de interactuar de la persona, habilitándole para comunicarse más eficazmente; los niños adquiere conocimientos mediante los sentidos, a través de los cuales registra la información que proviene de su entorno, por lo que éstas juegan un importante papel en los procesos cognitivos.

Varios especialistas en el campo han comprobado, a través del tiempo, que la música permite exteriorizar sentimientos de forma sublime y es un elemento de gran importancia en el desarrollo de la sensorialidad y la creatividad porque: promueve el aprendizaje significativo, desarrolla aspectos sociales, cognoscitivos, emocionales y físicos, fomenta el desarrollo del lenguaje y fortalece el pensamiento lógico. Tal y como lo expresa el Maestro Antonio Abreu, fundador del Sistema de Orquestas de Venezuela, la música y en general las artes son imprescindibles cuando se trata de garantizar la formación integral y humanística, de manera que el mundo de los valores sea objeto de aprendizaje.

      
¡Qué Nota es mi Escuela!, ofrece la posibilidad a los niños del encuentro con la experiencia musical fomentando el desarrollo de talentos por medio de la práctica de los valores. Esta iniciativa colabora con el docente en el diseño y aplicación de estrategias para la creación de  hábitos y cualidades que conlleven a la formación del valor como virtud; además de promover las habilidades para la interpretación y creación musical instrumental en el niño; es decir, música y valores  como recursos significativos para moldear un ser humano feliz y comprometido con la sociedad.  Gracias a los esfuerzos que hemos gestionado desde la Fundación de la Familia Tachirense este programa, orgullo tachirense, cuenta con el aval del Instituto de Estudios Humanitarios de las Naciones Unidas como propuesta pedagógica musical promotora de paz.

Es por ello que, reflexionando sobre las palabras del Premio Nobel y Ex Secretario de la ONU, Kofi Anan, nos convencemos cada vez más de que estamos generando la materia prima para formar ciudadanos íntegros: “Cada niño y cada niña deberían tener la oportunidad de desarrollar cabalmente su potencial y contribuir significativamente a la sociedad. La educación es la clave de la paz”.



Genny Morales de Pérez 
Primera Dama del estado Táchira 
Pdte. Fundación de la Familia Tachirense
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