viernes, 25 de mayo de 2012


Semana Mundial de Parto Respetado 

La Semana Mundial del Parto Respetado es una iniciativa de la AFAR (Alliance Francophone pour l'Accouchement Respecté), organización francesa no lucrativa fundada en 2003. Este año se celebra del 21 al 27 de mayo y representa una oportunidad para unir en una sola voz alrededor del mundo a quienes promovemos el nacimiento humanizado. Estamos convencidos de la afirmación del gran experto internacional en la materia, Dr. Michel Odent: “Si queremos cambiar al mundo, comencemos por cambiar la forma cómo llegamos a él”.

Hemos organizado para el día de hoy, 23 de mayo,  un conversatorio sobre parto respetado en el Auditorio de CORPOSALUD, donde compartiremos con el personal médico asistencial para promover la concientización de las bondades que ofrece el parto natural a la diada madre e hijo, al entorno familiar primario y a toda la comunidad; así como reflexionar sobre la responsabilidad que tenemos en velar por los derechos intrínsecos al nacimiento, como hecho social fundamental para la consolidación de la familia y la edificación de las sociedades. Para mañana jueves 24, estaremos tomando las plazas de la ciudad de San Cristóbal con un mensaje de paz, a fin de que toda la ciudadanía se informe sobre este tema y conozca de cómo nuestro Programa Madre Feliz adelanta acciones para el bienestar de la maternidad y la familia; en plena concordancia con los organismos internacionales, que dictan las pautas para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos del mundo.


Un parto respetado es aquél que atiende a la fisiología de la mujer embarazada, sin interferencias y acatando los ritmos orgánicos que marcan  su cuerpo y el del propio ser que viene en camino. Especialistas en distintos campos científicos y sociales relacionados con este tema afirman que,  al proporcionar a la mujer en trabajo de parto y durante el postparto un entorno cálido, silencioso, íntimo, en penumbra y procurando al máximo evitar intervenciones innecesarias; significa dejar que la partitura natural, dirigida por las hormonas que se producen en el momento del alumbramiento, orqueste por sí sola un conjunto de valiosos beneficios para la salud física, mental, emocional de la madre y su hijo; que determinarán la calidad del desarrollo de esa nueva vida y marcaran las características del sistema de relaciones con su familia y la sociedad.

        
     Humanizar el parto es recuperar la capacidad y la confianza en la propia naturaleza y rendirse ante ella. No se trata de renunciar a la tecnología y la medicalización, sino adjudicarle el lugar que le corresponde: lo casos en los cuales la vida de cualquiera de los protagonistas de este momento se encuentre en riesgo.  La evidencia científica demuestra que el parto natural es más seguro y garantiza una mejor bienvenida al mundo.  Por ese motivo, la Organización Mundial de la Salud recomienda una calidad de atención basada en el protagonismo de la mujer y en su fisiología, y el mínimo grado de interferencia posible.

      En tal sentido, la Fundación de la Familia Tachirense parte de la consideración de dos de los Objetivos del Milenio propuestos por la ONU para el desarrollo del Programa Madre Feliz: la reducción de la mortalidad materno-infantil y la mejora en las condiciones y acceso a los servicios de salud materna. Nos enfocamos en la educación, atención y apoyo a todo lo que significa el embarazo, el parto y el puerperio como un momento esencial en la vida del ser humano; tomando en cuenta el Índice de Oportunidad Humana, propuesto por el Banco Mundial, que vincula el nivel de educación de la madre como factor determinante de éxito y mejores oportunidades en la vida de los hijos. Uno de nuestros objetivos es que las madres conozcan las bondades del nacimiento humanizado y de lo que ganan o pierden con las opciones de parto.


 Respetando los derechos intrínsecos de la maternidad estamos respetando la vida. Humanizando el nacimiento tendremos mayores posibilidades que las nuevas generaciones lleguen al mundo preparadas para construir una sociedad de paz.                   pazcomopropuesta@gmail.com
Genny Morales de Pérez
Primera Dama del estado Táchira / Pdte. Fundación de la Familia Tachirense

martes, 15 de mayo de 2012


El Día Internacional de la Familia 



Con motivo de celebrarse el 15 de mayo el Día Internacional de la Familia, la Fundación de la Familia Tachirense hizo acto de presencia en el Hospital Central de la ciudad de San Cristóbal, con una hermosa jornada para entregar nuestro “Primer Abrigo” a las madres que recién dieron a luz;  y así conmemorar junto sus seres queridos este significativo acontecimiento, génesis de la familia.

La celebración anual de éste día fue instituida por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 septiembre de 1993, reflejando la preponderancia que la  comunidad internacional le confiere a la familia como base de la estructura social; considerándola un agente importante del desarrollo sostenible en todos los niveles de la sociedad. Desde el seno familiar se debe educar para una cultura de paz, cultivando las relaciones armónicas entre  los seres humanos  y  así incrementar cada vez más  las  posibilidades  de  tener una convivencia ciudadana. Por tanto, es en la familia donde aprendemos los deberes colectivos y los derechos individuales, por ello se requiere que cada uno de sus miembros asuma con responsabilidad el papel que le corresponde desempeñar en ésta unidad.






Su Santidad Juan Pablo II, inspiración permanente de nuestro ideario organizacional, señala que la familia, como comunidad educadora fundamental e insustituible, es el vehículo privilegiado para la transmisión de los valores que ayudan a la persona a adquirir la propia identidad. Fundada en el amor y abierta al don de la vida, ésta lleva consigo el porvenir mismo de la sociedad; su papel especialísimo es el de contribuir eficazmente a un futuro de paz. Como núcleo originario de la sociedad, la familia tiene derecho a todo el apoyo del Estado para realizar plenamente su misión peculiar  y sus instituciones deben crear las condiciones mediante las cuales puedan satisfacer sus necesidades primarias de acuerdo con la dignidad humana.






Entonces, conscientes del papel fundamental que desempeña la institución familiar, hemos asumido responsablemente el compromiso de generar acciones tangibles que brinden acompañamiento a través de cada uno de los programas sociales que gestionamos desde la Fundación de la Familia Tachirense, con la visión de que se multipliquen más allá de nuestras fronteras regionales y nacionales. “Mi Primer Abrigo” forma parte de la respuesta ante el desafío que se les presenta a nuestras madres en desventaja social. Más allá de los artículos básicos que se les proporcionan para atender los primeros momentos luego del nacimiento de un hijo; con esta política de bienestar familiar queremos transmitirle a la madre y a su entorno primario la seguridad y la confianza de un soporte permanente  para su desarrollo integral.


Para la construcción de una sociedad armónica es indispensable comenzar desde su base fundacional es decir; en el seno de la familia. Promoviendo oportunidades para mejorar la calidad de vida de sus miembros, brindamos la posibilidad de que la familia pueda cumplir la misión que el Santo Padre nos ha legado, en la consecución un futuro mejor: “contribuir a la construcción de la paz, que es un bien indispensable para el respeto y el desarrollo de la misma vida humana”.



pazcomopropuesta@gmail.com       

Genny Morales de Pérez
Primera Dama del estado Táchira / Pdte. Fundación de la Familia Tachirense



miércoles, 9 de mayo de 2012


Corazones nuevos, una segunda oportunidad 


La familia se considera como uno de los pilares fundamentales de la sociedad, brinda a sus miembros la socialización elemental  y el soporte afectivo necesario para desarrollar plenamente las capacidades de sus integrantes. Dentro de este núcleo nos desenvolvemos como personas,  aprendemos los valores, las conductas, los roles sociales y se nos ofrece la protección y la compañía, elementos que repercuten en la autoestima de la persona. Es decir, el primer referente de todo ser humano que llega al mundo es el seno del hogar que lo recibe; el anclaje determinante para iniciar el camino de la vida lo otorga la familia.

Pero, ¿qué sucede cuando la familia es la que quebranta los derechos intrínsecos de uno de sus miembros y más aún, cuando ese ser es vulnerable y sin capacidad de defensa, como un niño? Existe hoy una lamentable realidad patente que es la violencia intrafamiliar; la posición de dependencia de los niños y la concepción tradicional de la autoridad de los padres y los demás adultos significativos sobre ellos, les coloca en una posición susceptible a convertirse víctimas de agresión, lo que afecta su desarrollo físico, emocional, mental y espiritual.

Especialistas en este complejo tema han demostrado que el maltrato y el abandono en niños y adolescentes puede derivar en varios tipos de conducta, dependiendo de cómo asuman lo vivido: asustados y ansiosos, porque creen que el mundo es un lugar peligroso; agresivos, atacando e intimidando a los demás, pasivos y retraídos, porque piensan que no pueden cambiar nada en su vida y con dificultades de aprendizaje y comunicación, pues su capacidad mental se lesiona al enfrentar el estrés de vivir en un ambiente de maltrato. Por tanto, estos seres humanos en pleno desarrollo corren más riesgo de convertirse  en adultos maltratadores y con tendencia hacia comportamientos violentos, por ende a rechazar la socialización armónica.


Desde la enorme responsabilidad que hemos asumido, como promotores del bienestar ciudadano para la edificación permanente de una sociedad de paz y conscientes de que la infancia maltratada es un problema de graves consecuencias para el presente y el futuro de un país; ejecutamos acciones determinantes en defensa de los más vulnerables. Nuestro programa Casa Abrigo “Corazones Nuevos”, lugar en donde amparamos a niñas y adolescentes que gozan de una medida de protección impuesta por un tribunal de menores, es una respuesta para asumir la responsabilidad que tenemos con la sociedad.



El solo hecho de detener la agresión es un gran paso en el resguardo de la integridad y el respeto a los derechos humanos de nuestras protegidas;  pero la filosofía humanista que antecede nuestro proceder va más allá, logrando que este hogar temporal de acogida represente una segunda oportunidad llena de amor para quienes la propia familia les arrebató la esperanza. Se les garantiza alimentación, salud integral, recreación y educación de forma permanente las 24 horas, los 7 días de la semana; a través  de un calificado grupo de profesionales: docentes, maestras, psicólogos, psiquiatras, médicos y orientadores familiares, con estrategias dirigidas a restablecer su equilibrio biopsicosocial y brindándoles la posibilidad de construir un nuevo proyecto de vida, sobre la base de los valores y en entorno donde prevalece la paz.


Su Santidad Juan Pablo II expresó: “La gran causa de la paz (…) tiene necesidad de todas las energías de paz latentes en el corazón (…)” Entonces, todos los esfuerzos son válidos cuando la meta es que los corazones de nuestras niñas latan al ritmo armónico de la paz hoy y como promotoras de la sociedad del futuro.
pazcomopropuesta@gmail.com



Genny Morales de Pérez
Primera Dama del estado Táchira / Pdte. Fundación de la Familia Tachirense

miércoles, 2 de mayo de 2012


Educando para la paz en la primera infancia 


Su santidad Juan Pablo II durante la XII Jornada Mundial de la Paz de 1979 expresó un aleccionador postulado que plantea la fórmula para la formación y desarrollo integral de un ser humano virtuoso, capaz de vivir y convivir en sociedad: “Para lograr la paz, educar en la paz”. Exhorta tanto a padres y maestros, como a los gobernantes a ejecutar la paz a través de las acciones diarias, pues será la obra resultante de la responsabilidad compartida que tenemos todos en dicha misión.

            Es tan prioritario el abordaje permanente y sistemático de este tema que se ha convertido en uno de los objetivos primordiales que la UNESCO desarrolla como definición de la escuela del futuro. Por tanto, la educación debe apoyarse en cuatro pilares básicos: aprender a conocer, para aprovechar las posibilidades que ofrecen los conocimientos a lo largo de la vida; aprender a hacer, para adquirir competencias que capaciten al individuo dentro del marco de experiencias de socialización; aprender a vivir con los demás, para desarrollar el respeto a los valores del pluralismo, la comprensión mutua y la paz; y aprender a ser, para que florezca mejor la propia personalidad y se esté en condiciones de obrar con creciente capacidad de autonomía, de juicio y de responsabilidad personal.

Educar para la paz es desarrollar todos aquellos valores fundamentales  que son necesarios para la estructuración armónica de la personalidad, desde la más temprana edad. Para ello se requieren entornos de aprendizaje de calidad, adaptados a las necesidades del niño y basados en el respeto a sus derechos; donde la comunión entre el hogar y la escuela sea de estrecha comunicación y permanente participación. Especialistas en la materia afirman que hoy la retroalimentación entre padres, hijos y maestros en los procesos de aprendizaje representa la dinámica ideal para la conformación del ciudadano humanista del mañana.


Comprometidos con la misión permanente de beneficiar sobretodo a aquellos a quienes las posibilidades de acceso a una mejor calidad de vida se dificultan debido a la precariedad del ingreso familiar, hemos desarrollado el programa Casa Hogar Juan Pablo II. En este centro de educación inicial promovemos una mejor convivencia; a través de espacios acondicionados para la estimulación adecuada, con un equipo de docentes, madres cuidadoras y personal de apoyo de alto perfil profesional, ofrecemos: educación pedagógica y en valores, cuidado psicoafectivo, alimentación diaria nutritiva y balanceada, atención médico pediátrica permanente; así como el Taller de Armonía Familiar a cargo del Prof. Felipe Guerrero, académico y orientador de extensa trayectoria,  el cual está dirigido a los padres, representantes y adultos significativos, a fin de hacer del hogar un referente afectivo para nuestros hijos.


  
Apegándonos al Currículo Básico de Educación Inicial y teniendo la filosofía del Santo Padre como inspiración evocadora, nos enfocamos en la familia como una escuela de las virtudes que prepara a los seres humanos para la convivencia social. La comunidad de amor y unión que los hijos tengan de modelo en el hogar determinará su comportamiento y las relaciones con su entorno.

Las realidades sociales de hoy evidencian que tenemos la importante misión de brindar soporte el núcleo familiar. Casa Hogar Juan Pablo II tiene más de un 70% de niños cuyas madres son el único sostén del hogar y muchas de ellas pertenecen al sector de la economía informal o con ingresos mínimos; como no cuentan con los recursos para costear una guardería, optaban por llevarse a sus hijos al sitio laboral; siendo en algunos casos la propia calle. Investigadores señalan que en los primeros años se desarrollan procesos cognitivos y lingüísticos que favorecen el razonamiento y la comprensión; si el entorno no es favorable a la estimulación positiva de estos niños ¿qué calidad de oportunidades tienen para comenzar el camino de la vida como seres humanos integrales y felices?

            Son acciones concretas como éstas las que pueden delinear una sociedad donde se privilegie a nuestros niños como esperanza de vida. El ser humano es materia prima que no se transforma por sí misma, sino que requiere la interacción de la educación para que aflore lo mejor de cada uno. De cómo convivan los niños será el adulto del mañana comprometido con la edificación de una sociedad de paz.                                pazcomopropuesta@gmail.com



Genny Morales de Pérez
Primera Dama del estado Táchira / Pdte. Fundación de la Familia Tachirense